…sin partidos políticos la democracia misma es inconcebible. La vida democrática impone la política organizada y ésta recibe el nombre de partido, jamás exenta de degradación. Podrán cambiar los programas, las formas organizativas, la naturaleza de la vinculación del partido con el Estado y la sociedad, podrán surgir nuevos partidos, desaparecer algunos, reconvertirse los actuales, pero lo crucial es cuidar la gramática democrática, repudiando al faccionalismo, no a los partidos.
Andrés Stambouli